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Mientras cumplía con su trabajo, Gerardo Gamboa un taxista de Las Vegas encontró en su unidad una bolsa con $300,000 dólares e inmediatamente habló con sus jefes para que buscaran al dueño de la importante suma de dinero. Su honestidad fue recompensada por la persona que olvidó el paquete con un cheque por $10,000 dólares. Ante el asombro de la comunidad por su acto de honestidad él expresó «hice lo correcto, solo eso».
¿Los actos de honestidad se deben recompensar o son un deber moral de todos los ciudadanos?

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Marco Alberto Ocaña Munguía, de 19 años, es desde los 12 voluntario en las áreas de pediatría de dos hospitales privados regios.

 

Además del amor, hay otro motor humano sin edad: la vocación de servicio. Hay jóvenes que son muestra de ello, pues comenzaron a ayudar en diferentes campos desde que estaban en secundaria.

Algunos de estos chavos son universitarios y gozan de la beca «Formar para transformar», de la UDEM, que se ofrece a chicos que son líderes prácticamente desde niños, sin importar su condición socioeconómica.

«Son jóvenes que durante su preparatoria, o antes, ya estaban haciendo cosas para la comunidad», dice Agustín Landa García Téllez, Vicerrector de Desarrollo.

«Así como hay jóvenes muy apáticos, también los hay muy entrones, que quieren mejorar su entorno, y a esos jóvenes pocas veces se les da un apoyo para que puedan estudiar».

Las primeras becas se comenzaron a entregar desde el 2012.
Actualmente hay 14 jóvenes beneficiados, pero la meta es que en los próximos tres años la cifra llegue a 100. El apoyo puede ir hasta un 90 por ciento.

«Nosotros la anunciamos como la beca más difícil de la universidad, porque es donde más cosas van a tener que hacer. Es la de más trabajo, tienen que mantener su 8.5 de promedio y hacer otras cosas, además de las académicas», comenta el Vicerrector.

«Tienen que seguir participando en su programa (de ayuda social), atender a pláticas especiales, viajes. Tienen que hacer un informe mensual de sus actividades. Implica que los muchachos trabajen más que cualquier otra beca».

Conoce historias de tres estudiantes becados que hoy inician un nuevo semestre.

Halla como voluntario la vocación médica

Desde los 12 años, cuando estaba en secundaria, Marco Alberto Ocaña Munguía se apuntó como voluntario en un hospital, ambiente difícil para un niño, pero no para quien pule su liderazgo y vocación de servicio.

Él pertenece desde entonces a la agrupación Niño Feliz, iniciativa que recurre a juegos diseñados para reducir el estrés y la ansiedad en niños hospitalizados en el San José y, desde hace casi un año, en el Zambrano Hellion.

Fue ahí, viendo sufrimiento y sonrisas de otros niños, en donde este joven, hoy de 19 años, descubrió que quería ser médico.

«No sabía cómo tratar al niño», recuerda sobre sus inicios el joven que cursará el cuarto semestre de Medicina. «A mí nunca me habían hospitalizado y me tocó la primera vez ayudar a una niña de mi misma edad. Fue difícil».

Con su constancia y con las guías profesionales que marca la asociación, Marco sigue en el grupo, pero ahora como coordinador de voluntarios de Niño Feliz.

«Al principio el niño se muestra inseguro, apático, pero el juego es como su lenguaje y lo ayudas a interactuar con esos juegos para que vaya agarrando confianza», cuenta.

«Tengo 80 voluntarios (a cargo); trabajamos por ciclos que duran cuatro meses y son dos ciclos por año. En cada ciclo tienes que presentar un examen; si tienes menos de 50, te sales del programa».

Su objetivo cuando termine la carrera es una especialidad, la de neurocirujano pediatra. Pero tiene otra meta muy clara.

«Que Niño Feliz se establezca en el sistema de salud de México como un requisito, en los hospitales públicos y privados».

Mantener la beca de liderazgo en la UDEM es complicado para Marco, ya que combina sus estudios con su voluntariado y el deporte, pero la verdad, esta combinación es la que lo hace feliz.

Lleva la unidad a su colonia

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Juan Emilio García Estrada, de 17 años, ha impulsado mejoras en su colonia, en Santa Catarina.
Si el huracán «Alex» trajo destrucción a Nuevo León, en Juan Emilio García Estrada despertó la necesidad de unir a sus vecinos para trabajar en la reconstrucción de su colonia, Arboledas de las Mitras, en Santa Catarina.

Este chico, entonces de 14 años, entiende hoy muy bien el lenguaje de la política, no la que se ejerce en los altos niveles del poder, sino de la que debe hacer un ciudadano en busca del bien común.

Y sí, Juan Emilio, ahora de 17, decidió ingresar a la carrera de Ciencia Política, donde estudiará el segundo semestre.

Desde el 2010, cuando el meteoro dejó estragos en su colonia, un sector marginado cerca de San Pedro 400, este chico ha impulsado, una tras otra, mejoras en su sector y colonias aledañas.

«En ese momento (el huracán) vimos que algo había que hacer», recuerda, «había gente que se quedó sin casa, que tenías que ayudarle».

«Decidimos juntarnos, diagnosticar los problemas y ver de qué manera podíamos participar», dice Juan Emilio. «Nos registramos en el Municipio como un comité vecinal. Esto hizo que la colonia fuera tomada en cuenta».

Claro, es menor de edad y aún no puede formar parte del comité. Su mamá, Sandra Leticia Estrada, además de motivarlo en esta conciencia, ingresó al equipo prácticamente en su representación.

«La primera acción fue el rescate de una plaza atrás de mi casa que estaba olvidada, con grafiti, sin alumbrado, sucia, no había juegos infantiles; había unos, pero oxidados.

«Te empiezas a dar cuenta de programas del Municipio, del Estado, federales, que no llegan a las comunidades porque al Municipio no le conviene o no se preocupa por hacerlos valer, y porque no hay ciudadanos exigentes».

Ahora, este joven busca enfocarse a otro problema social: la violencia familiar.

Difunde frase que la sacude: ‘sí se puede’

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Marisol lleva su mensaje de superación y desarrollo humano a escuelas públicas y privadas.
Hay breves momentos que marcan el rumbo de la vida y eso lo sabe Marisol González Elías, de 18 años.

Cuando tenía 13 y cursaba secundaria, entró a una conferencia impartida en su escuela por Mariposas, A.C., agrupación de mujeres profesionistas que apoyan el desarrollo humano.

«Básicamente lo que escuché esa vez fue un ‘sí se puede'», recuerda esta chica, ahora estudiante de Ciencia Política.

El mensaje la sacudió porque en su familia escuchaba lo contrario.
«Si allá me dicen que no y aquí alguien me dice que sí, y no me conoce, de aquí me voy a agarrar. Fue una chispa que me dijo: ‘Marisol, tienes que transformarte'».

Así fue como ella inició como voluntaria en Mariposas, teniendo siempre como objetivo el hacer llegar el mismo mensaje a otros chicos de su edad o menores.

La estudiante, al iniciar hoy su cuarto semestre, tiene una apretada agenda en la que combina clases, actividades extraacadémicas y un voluntariado en Mariposas donde es ella, ahora, quien dicta conferencias.

¡Ah!, y los fines de semana ayuda a sus papás en un puesto de comida para pagar el 20 por ciento de la colegiatura que no cubre su beca.
Su discurso va a escuelas públicas marginadas y a colegios.

«Lo que hago es contarles mi testimonio. Una frase que tenemos bien importante es ‘Que tu contexto no sea un pretexto’.

«A los jóvenes les platico situaciones de mi vida. A mí me decían que nunca iba a lograr nada, que no iba a poder seguir estudiando».

Al conocerla en una de estas actividades, una directiva de la UDEM le dijo: «Tú tienes que estar en mi universidad», relata. Fue así como comenzó a estudiar en una institución en la que nunca se imaginó que ingresaría.

«Yo no sabía que por hacer esto me iba a ganar una beca», dice Marisol.
Sus padres, quienes en algún momento pusieron en duda sus sueños, hoy son quienes más la apoyan.

«Mis papás son extraordinarias personas y los amo».

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Para que los estudiantes aprovechen al máximo su experiencia educativa en el extranjero, la UDEM creó el Programa de Formación en Competencias Interculturales, que presentará oficialmente mañana.

Aunque desde el 2011 comenzó con su implementación, actualmente, ya con resultados positivos, se ofrecerá de manera optativa a todos los udemitas.

«Es un programa que trata de maximizar los beneficios de los estudios en el extranjero. Preparar a los estudiantes para la experiencia intercultural», explica Thomas Buntru, director de Programas Internacionales.

El programa consiste en tres módulos: el primero, un semestre antes de partir al extranjero, habla de las diferencias culturales; el segundo se cursa durante el intercambio, y el tercero, implementado al regreso, que capitaliza lo que se aprendió.

«Me sirvió para que no me diera tanto el shock cultural», expresa Luis Salamanca, de Sistemas Computacionales, quien estudió en Madrid durante el primer semestre del 2012 y cursa cursa el tercer y último módulo del programa.

Los estudiantes que realicen todo el programa obtendrán un certificado de Diplomado.

Con la experiencia intercultural se adquieren competencias y habilidades que sirven en el área personal y laboral, agrega Brenda García, directora de Proyectos de Internacionalización.

«Ofrece habilidades para practicar la profesión en entornos interculturales, para trabajar en equipo, para pensar creativamente, habilidades de observación, análisis y cuestionamientos», señala.

La presentación contará con especialistas que hablarán sobre la importancia de la experiencia internacional. La jornada será de las 9:30 a las 12:00 horas en el Teatro UDEM.

Participarán Francisco Marmolejo, coordinador de Educación Superior del Banco Mundial; Hans de Wit, profesor de internacionalización de educación superior de la Amsterdam University of Applied Sciences; Óscar Sosa, de ManpowerGroup; y Jorge Rodela, de Nemak. Informes al 8215-1000 ext. 1393.

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Sin usar palabras, sólo con la sincronía entre las expresiones de su rostro y los movimientos de su cuerpo, Alejandro González roba la atención de los caminantes y les dibuja sonrisas espontáneas.

Conocido por su nombre artístico de Mimo Joy, egresó de la carrera en Diseño Industrial del Tec en el 2008, pero decidió que lo suyo no era esa clase de creatividad, sino la pantomima.

Hace 10 años, cuando cursaba tercer semestre, su hermano Miguel González, también mimo, lo convenció de tomar un taller de pantomima impartido por Héctor Gómez, en el Tec.

El teatro físico nunca le había llamado la atención, pero conforme avanzaba en el curso y comenzaba a salir a presentaciones en la calle se fue enrolando más en la disciplina.

Llegó al punto en el que decidió dedicarse de lleno al arte de crear con los gestos. ¿Y el diseño industrial?

«Hay una gran diferencia entre fabricar consumo y fabricar sonrisas», expresa.

Mimo callejero

El verdadero gusto por la pantomima no nació en el aula mientras repasaba sus lecciones, sino hasta que debutó con público de verdad.

A los seis meses de iniciar su curso de pantomima, decidió presentarse en la calle inducido por un amigo.
«Me sonsacó, me convenció o tuve la fortuna de hacerle caso, de irnos a Morelos».

Su amigo con el saxofón y él con los bongós, cada fin de semana se dedicaban a tocar mambos en Morelos, y antes de terminar presentaban pantomimas.

Cuando lograban un público cautivo pasaban un sombrero entre los concurrentes para recibir unos pesos.

Joy afirma que no puede abandonar esas experiencias callejeras, pues las lecciones más importantes las ha aprendido ahí.

«Lo que funciona en la calle funciona en el teatro», expresa.
Por eso, cuando puede, regresa a Plaza Morelos o busca plazas como la del Barrio de la Luz para sobresalir con su singular altura y delgadez.

Durante sus actuaciones se hace acompañar de un maletín del cual emergen desde pelotas hasta extravagantes máscaras que cobran vida. Una caja de música con melodías de los años 40 acompaña la actuación.

A sus 30 años, Joy se considera satisfecho con su oficio y la familia de dos hijos que ha formado con su esposa.

«Mi hijo más grande (5 años) me desarrolla historias, se ha pintado y lo que me propone (como actos) lo pongo a que lo haga él y yo le ayudo», dice emocionado.

Del diseño a la pantomima

Joy ingresó a Diseño Industrial para elaborar instrumentos musicales, pero se enganchó con la pantomima.

Para él, la decisión fue fácil. Antes de graduarse ya estaba completamente sumergido en un mundo teatral que lo compensaba.

«Como mimo ganaba más que un recién egresado sin todavía terminar la carrera», resalta. «Me considero mejor mimo que diseñador».

Gracias a sus capacidades teatrales comenzó a recibir invitaciones para participar en foros y festivales como el Festival Internacional Rodará, en Puebla, y el Festival Nacional de Actores Urbanos, en Guanajuato. En noviembre estará en un festival en El Salvador.

El acto de hacer sonreír

La cara blanca de Joy y sus constantes gestos logran pintar de manera distinta la cotidianidad de las personas.

Su permanencia en la pantomima se debe justamente a la risa que brota de los espectadores durante sus actos.

«Cuando la gente se ríe, se relaja y logra conectarse con mis actos, nos hacemos cómplices, es como hablar el mismo idioma», expresa.

«Mientras trabajo en las calles, logro que un cúmulo de personas se olviden de cosas malas y llegamos a coincidir todos en una misma línea. Ser mimo es algo muy noble si lo amas y disfrutas».

Fuente: El Norte

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Más que desanimarse, una persona que toca fondo debe utilizar su caída para impulsarse y salir adelante, compartió hoy Gabriela Machuca.

En su libro «La bendición de tocar fondo», presentado en la Feria Internacional del Libro, Machuca cuenta cómo los problemas que surgieron a lo largo de su vida, como padecer violencia familiar, anorexia y cáncer, le permitieron reflexionar para mejorar su situación.

«Primeramente, hay que darse cuenta de que estás tocando fondo», explicó, «cualquier problema que les está pasando, drogas, alcohol, un hijo que falleció, pérdida de empleo, todo eso puede ser su manera de tocar fondo».

Machuca, también conferencista y locutora de radio, expresó que el tratamiento psiquiátrico que ha estado recibiendo durante los últimos ocho años, ha sido su manera de curarse y recapacitar.

«Me siento otra, siento que ahora sí estoy viviendo», comentó, «porque antes sentía que solamente andaba flotando por ahí, sin rumbo».

Sin embargo, la ayuda de un psiquiatra no es la única manera de recuperarse, agregó la autora, pues no todos tocan fondo con el mismo problema.

Durante la presentación, Machuca estuvo acompañada por César Lozano, autor de «Las frases matonas» y «El lado fácil de la gente difícil», quien escribió el prólogo del libro.

Lozano, conocido por su programa de radio «Por el placer de vivir», indicó que, tras resistirse inicialmente a escribir el prólogo, porque no creía que tocar fondo podía ser una bendición, finalmente aceptó después de leer el libro.

«Difícilmente alguien habla de su vida como una bendición cuando se ha sufrido tanto», afirmó, «(Machuca) es una mujer que ha batallado y verdaderamente cree en lo que escribe».

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L a notificación les llegó sin estar listas para la tarea: 46 primarias de Monterrey de las áreas de San Bernabé y la Independencia serían, a partir del 17 de septiembre, escuelas en donde los niños recibirían alimentos, gratuitamente.

No saben exactamente por qué fueron elegidas, pues la decisión de integrarse a la polémica Cruzada Nacional contra el Hambre, que involucra a varias Secretarías federales, entre ellas Educación, se tomó en la Ciudad de México.

Sin embargo, las ventajas salieron a flote inmediatamente, coinciden los profesores: los niños consumen al mediodía alimentos balanceados y nutritivos, y hasta comenzaron a cepillarse los dientes, un hábito que no tenían de casa.

«En esta comunidad, no creo que el niño coma espinacas en su casa, pero aquí (en la escuela, ahora sí) las comen», asegura la profesora Bertha Alicia Garza, directora de la primaria Emiliano Zapata.

Las 46 escuelas de la Cruzada Nacional contra el Hambre son parte de los 542 planteles considerados de Tiempo Completo que hay en Nuevo León en este ciclo escolar, resultado de fusionar primarias del turno vespertino que en ocasiones tenían sólo 30 alumnos.

A este reducido grupo de escuelas dentro de la Cruzada la Federación asigna un presupuesto de 15 pesos diarios por niño para que éste reciba alimentos sin costo.

En las demás, los padres de familia y la escuela deben salir adelante con la tarea.

Llegaban niños sin desayunar

Para Rubén Torres, director de la primaria Escuadrón 201, en la Colonia Central, estar dentro de la Cruzada Nacional contra el Hambre ha resultado benéfico para una población en la que muchos niños llegan, en ocasiones, sin desayunar.

Aunque un comedor industrial cercano es el encargado de llevarles la comida preparada, su escuela, ubicada en el difícil polígono de San Bernabé, no estaba lista para ofrecer los alimentos.

Frente a la falta de un área de comida, los niños tienen que tomar sus alimentos en sus pupitres. El profesor ve el lado positivo de la situación.

«Nos sirve mucho (comer en el aula) porque el maestro está al tanto de los niños en el grupo, y que todos coman», comenta el director.

«Los niños no salen si no terminaron de comer todos. Si pusiera mesas afuera para que coman se desperdiciaría mucho, pues no terminarían de comer con tal de ir a jugar. Es un poco más de control».

Entre los planes de esta escuela está construir un comedor en el que los niños estén más cómodos, aunque para ello tendrán que buscar recursos propios, pues éste gasto no lo cubren ni la Federación ni el Estado.

El horario de estas escuelas es de 8:00 a 16:00 horas. De 12:30 a 13:30 comen. Luego de unos minutos de descanso regresan al aula para terminar a las 16:00 horas.

Con todo y deficiencias, no ha habido ningún problema de salud, asegura el director.

«Hay niños que no estaban acostumbrados a comer verduras, frutas, lo estamos logrando con este programa que nos tocó en suerte incluirnos», afirma.

«Tenemos tres semanas con el programa y no ha habido ninguna queja con respecto a que alguien comió algo y se enfermó».

Fomentan hábitos saludables

La oferta de alimentos para los niños es variada durante un mes, cuenta la profesora Bertha Alicia Garza, directora de la primaria Emiliano Zapata, también ubicada en el sector norponiente, en la Colonia Niño Artillero.

Hay opciones diferentes cada semana y cada día. Hoy, por ejemplo, tocará, como plato fuerte, guisado de pollo con verduras, acompañado de arroz azafranado y lechuga con zanahoria. De postre, gelatina con fruta y, de tomar, agua de sabor.

«¿Cuándo el niño va a sentarse en su casa a la mesa a comer y que su plato tenga las proteínas, las verduras? Con postre, un agua natural, de fruta, diariamente y con variedad», cuestiona la docente.

Esta escuela no tenía instalaciones para ofrecer alimentos, pero en cuanto supieron que tendrían este servicio se dieron a la tarea de acondicionar un espacio que servía de bodega.

Con los fondos que tenían ahorrados por las aportaciones voluntarias de los padres de familia levantaron ya su propio comedor. Así que ahora ahí es en donde el servicio de comedor industrial prepara la comida y los niños toman los alimentos.

Fueron poco más de 30 mil pesos, comenta la directora.

«Hicimos sacrificios. Necesitábamos pintarrones; eran una prioridad para este ciclo escolar, porque los que tenemos ya están muy gastados, había que cambiarlos», cuenta la docente.

«Así que dije ‘¿compro pintarrones o adecuo para que los niños coman? Pues vamos a aguantar los pintarrones'».

Todavía faltan muchas cosas al comedor, a la cocina y a la escuela, pero lo avanzado es mucho, dice la profesora. Sobre todo han fomentado hábitos que, al parecer, los niños no tenían desde casa.

«Me sorprendí cuando les pedimos un cepillo de dientes», recuerda. «No lo acostumbraban. Yo les decía: ‘Tráete el de tu casa’, y me decían: ‘¿Lo voy a comprar?'».

Los retos del cambio

Para convertirse en una escuela Contra el Hambre los planteles tuvieron que, primero, fusionar sus turnos matutino y vespertino e integrar así una escuela de Tiempo Completo, como se le denomina a nivel federal a las escuelas con horario de 8:00 a 16:00 horas.

Sin embargo, en este esquema hay profesores que dejan a su grupo a la hora de la comida, justo a las 12:30, pues tienen una segunda plaza en el turno vespertino.

Esto ha obligado a una medida emergente: contratar a maestros sustitutos que lleguen cuando el profesor titular se va y cubra hasta el fin de la jornada escolar.

En las escuelas visitadas, los directores dijeron que esto no genera ningún problema para ellos, pues los docentes «emergentes» llegan a tiempo.

Sin embargo, en otros centros escolares, contó un profesor que pidió no ser identificado, hay ocasiones en que algunos maestros no llegan y, por lo tanto, los niños se quedan sin clase.

En ciertos casos, algunos grupos quedan bajo el cuidado del director.

Las Escuelas de Tiempo Completo, entre ellas las de la Cruzada, tienen entonces el reto no sólo de ofrecer ocho horas de actividad escolar, sino de cuidar la continuidad de la enseñanza.

«Al maestro de planta que deja el grupo no le va a convenir que al que llega a sustituirlo le paguen un sueldo y venga nada más a cuidar», dijo un directivo.

Comida en el aula

De las 5 mil 500 escuelas públicas de NL, 223 reciben alimentos a través de dos modelos:

1. EL GRATUITO

– A través de la Cruzada Nacional contra el Hambre, alumnos de 46 planteles en zonas vulnerables de Monterrey reciben alimentos al mediodía de manera gratuita.

2. EL MIXTO

– Aunque hay apoyo de la Federación, en 177 planteles los padres de familia pagan una cuota que puede rondar los 20 pesos por día, con la que se costean los alimentos.

TAMBIÉN EL DIF ESTATAL

– El DIF del Estado ofrece desayunos escolares en mil 600 escuelas de Nuevo León. El costo es de un peso por niño en el área metropolitana y 50 centavos en la zona rural.

Fuente: Secretaría de Educación del Estado y DIF Nuevo León.

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Monterrey,  México (15 octubre 2013).-  Niños de 46 primarias públicas de colonias vulnerables de los sectores Independencia y San Bernabé de Nuevo León tienen una nueva tarea: alimentarse de manera nutritiva.

Desde mediados de septiembre, estos planteles se convirtieron en escuelas de tiempo completo y reparten comida gratuita cada mediodía con el respaldo del programa federal Cruzada Nacional contra el Hambre.

La nueva modalidad fue tomada con optimismo por directivos, maestros y familiares, que destacaron los beneficios para niños que, incluso, asistían a clase sin haber comido y ahora deben cumplir jornadas escolares de ocho horas.

Los estudiantes hoy cuentan con un menú extenso y aprobado por expertos en nutrición.

«¿Cuándo el niño va a sentarse en su casa a la mesa a comer y que su plato tenga las proteínas, las verduras (necesarias)?», cuestionó Bertha Alicia Garza, directora de la primaria Emiliano Zapata.

Los alumnos disfrutan entre las 12:30 y 13:30 horas un plato fuerte que puede ser guisado de pollo con verduras o picadillo con zanahoria, que acompañan con guarniciones como fideo casero, arroz con elote o frijoles refritos.

Todos los platillos van acompañados de fruta o gelatina, así como agua de sabor.

Fuente: El Norte

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Washington DC,  Estados Unidos (7 octubre 2013).- Uno de los clientes regulares de Aurora Kephart en Conway’s Restaurant and Lounge, en Oregon, Estados Unidos, a menudo le da boletos de la Lotería de Oregon, como propina. El martes en la noche, el hombre, que desea permanecer en el anonimato, le pidió a Kephart que eligiera dos.

Cuando la camarera revisó los números, el primer boleto salió premiado con 5 dólares, pero el segundo se convirtió en una propina de 17 mil 500 dólares.

«La expresión del rostro del cliente era increíble», dijo Kephart, de 25 años de edad, al periódico The Register-Guard. «Automáticamente se lo regresé, era su boleto».

Pero el hombre no lo aceptó e hizo que Kephart lo firmara, así sería la única capaz de cobrar el premio.

Kephart dijo que el 80 por ciento de sus clientes son regulares, y que estaban emocionados por ella.

«La reacción fue de locura», señaló Kephart. «Todo mundo estaba tan emocionado».

Con el bar tan concurrido, Kephart regresó de inmediato a trabajar, su cerebro estaba «alterado» por la gran propina. Al día siguiente, reclamó su premio en la oficina de Lotería de Oregon, en Salem.

Kephart dijo que le dio al hombre un porcentaje de sus ganancias. «No podía no darle una parte de eso», indicó.

Kephart comentó que planea comprar un nuevo sofá con su parte y ahorrar el resto. Esos modestos planes la hicieron objeto de bromas por parte de los clientes del bar, pero había estado buscando un sofá antes de ir a trabajar el martes y estaba asustada por los precios.

«Nunca me había dado cuenta de lo caro que están los sofás», dijo. «En lugar de esperar hasta Navidad o después, ahora puedo comprar algo que realmente necesito».

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Monterrey,  México (8 octubre 2013).- El camión está vestido de rosa y en su volante va la voz de la experiencia.

Sí, mientras adentro hay pantallas digitales proyectando videos informativos sobre la prevención del cáncer, en una de las unidades se puede escuchar de viva voz el testimonio de una sobreviviente.

«Yo sé porque me pasó a mí, tuve cáncer en la matriz. Fue en el 92, y gracias a Dios me lo detectaron a tiempo y por eso me da gusto que esté aquí, o sea, promover todo esto», dice Mireya Ordaz, una de las conductoras de los cinco camiones rosas que promueven, sobre ruedas, la detección oportuna.

«Esto va a ayudar bastante, porque a veces uno por pena, o porque el esposo dice: ‘No quiero que hagas esto, no quiero que te cheques’, y uno a veces por eso se detiene. Yo perdí mi matriz, pero aquí estoy, soy una sobreviviente de cáncer».

EL NORTE publicó ayer el arranque de esta iniciativa de la Cruz Rosa, organización civil que trabaja en prevención y tratamiento de esta enfermedad, en alianza con el Grupo Transregio, una de las compañías de traslado colectivo en la metrópoli.

Las cinco unidades utilizadas son parte de los 50 camiones de más reciente adquisición de la empresa. En lo que resta de octubre, el 10 por ciento de la flotilla proyectará en pantallas videos de autoexploración e información de la Cruz Rosa.

«Queremos que todas las mujeres que estén saliendo diariamente a trabajar tengan el mensaje y hagan un alto en su vida. Muchas veces por el mismo ajetreo y trabajo las mujeres nos dejamos y no estamos pendientes de nuestra salud», expresa Magdalena Chapa, presidenta de Cruz Rosa.

«Si hay una pantalla, un camión que nos está recordando, va a ser un mensaje muy positivo, muy alentador para hacer un alto y acudir a checarse y combatir esta enfermedad».

Roberto Cantú, jefe de comunicaciones de Transregio, comentó que la iniciativa se inscribe dentro de una evolución cultural que experimenta la compañía, en la que se destaca la responsabilidad social y el llegar al mayor público posible.

«La parte exterior de las unidades está vestida de color rosa, con los logotipos de Cruz Rosa, su website y teléfono, para que al momento de ir recorriendo su trayecto habitual estas unidades puedan llevar también este mensaje de orientación», comentó.